A nivel comercial la marca es uno de los activos más importantes que poseen las grandes compañías, y por cuenta de cuidar este patrimonio, cada compañía se esmera especialmente en su cuidado, y más cuando va a ser transmitido a sus clientes, por diferentes medios exteriores, digitales, audiovisuales y demás.

Para ello se diseñan extensos y minuciosos manuales de imagen que describen paso a paso cómo hacer el uso correcto de dichos logos y eslóganes, cuidando cada detalle de forma, tamaño, distribución y color que en su conjunto se encarga de transmitir al cliente la promesa de valor de cada organización.

La lista es extensa sobre las combinaciones de colores, formas y tamaños (marcas) que generan en los consumidores muchos sentimientos, tantos que se acercan al amor y la pasión, estas marcas han logrado traspasar la barrera de lo visual y tocar otros sentidos de los seres humanos.

El impacto es tan profundo que muchas de nuestras ciudades deben su belleza a millones de marcas exhibidas a lo largo y ancho de sus calles, todos los colores, en diferentes tonalidades, con intensidades diferentes, muchas formas, ocupando hasta los más impensados espacios, y una lluvia de palabras que distraen a los citadinos en su tránsito diario, es componente de esos otros beneficios que las marcas traen a nuestra sociedad.

Cuando se logra encontrar un balance, que en últimas es el secreto del éxito de una marca, entre las formas y los colores y las calles de una ciudad, el impacto que se logra sobre las personas, abarca otros aspectos adicionales sobre los que no se tenía intención alcanzar; las marcas alegran días, todos los días, por esto “su marca sí importa”